En muchas ocasiones me he preguntado, cual es el plan de Dios en mi vida, y he logrado sentirme tranquila muchas veces, al autoanalizar cada fase de desarrollo por la que he pasado; muchas personas creen que por ser Psicóloga Clínica y sobre todo Infantil he logrado controlar y educar a mis hijos por la ciencia aprendida y los conocimientos adquiridos en la Universidad; eso en parte es cierto, yo diria en un 40% de mi vida he aplicado los conocimientos, pero lo que más me ha ayudado es la experiencia vivida, disfrutada en cada etapa por la que he cursado, el 70% del éxito alcanzado se debe al compartir junto a las personas que amo tiempo, espacios, momentos, diálogos, alegrías, triunfos y también haber compartido fracasos, malestares, inconformidades y frustraciones, las mismas que nos han ayudado a ser cada vez más unidos, más cariñosos y nos han permitido ver oportunidades a futuro.
Esas experiencias de altos y bajos, son las que encaminan una vida llena de satisfacciones en lo personal, sobre todo en lo espiritual y no en lo material.
Cuando era niña mis padres me enseñaron a no apegarme afectivamente a las cosas materiales, amar a Dios sobre todas las cosas y amar a mi prójimo como me amo yo. Estas enseñanzas me ha permitido disfrutar de ellos hasta ahora y poder enseñar a mi familia la importancia de saber Amar, dándose a los demás y cuidándose uno mismo.
Hoy tengo mucha alegría, porque pese a que hay cosas que no aprendes en las aulas de las Instituciones Educativas, Dios te dota de muchas capacidades que debes poner en práctica para lograr alcanzar las metas planteadas.
Les invito a seguirme en este espacio de comunicación donde podré entregar información oportuna en la prevención de las enfermedades mentales. Les invito a caminar juntos en esta nueva experiencia que he decidido tomarla, "quiero llegar a más personas con el mensaje de Felicidad y Armonía que Dios me entrega día a día".
Quito, 17 de enero del 2019
Muchas veces percibimos la realidad objetiva que vivimos, con diferentes direcciones, esto dependiendo el estado de ánimo en el que nos encontramos, la vida está llena de muchas oportunidades para mejorar y crecer, eso es un regalo divino.
Pues en el trayecto de mi vida personal he viajado por muchos caminos que ni imaginamos y que en ocasiones he callado para no hacer sufrir a la gente que me ama y que amo, pero cada caída es una oportunidad de superar obstáculos que debemos pasar.Muchos de ustedes pensarán diversas cosa ante mis palabras, pero lo claro es que las decisiones que he tomado tanto en el campo personal como en el laboral me han servido para ser mejor persona, mejor mujer, mejor madre y mejor profesional.
Actualmente existen muchas mujeres que luchan por ser hombres y hombres que luchan por ser mujeres, nadie es conforme con su realidad objetiva y nos basamos en realidades de perspectivas sociales erróneas que nos han cubierto los ojos sin darnos cuenta que la naturaleza del ser humano no tiene a donde perderse, está ahí, lo aceptemos o no, somos seres humanos que caminamos por un mundo confundido, lleno de vacíos espirituales, emocionales y morales, que confunde lo negativo de la sociedad como lo positivo que debe implementarse o establecerse a nivel social, tapándolo como ley dentro de una sociedad democrática.
A qué me refiero, pues bien existe actualmente una falta de identidad como humano, que cada día se contagia, esta problemática es mental y casi nadie se da cuenta. Queremos respeto pero no respetamos, queremos y exigimos amor pero no damos nada a cambio, vivimos actualmente en una sociedad egocéntrica, obsesionada con los intereses individuales de grupos que se encuentran desorientados y con escasa autoestima; que abusan de las demás personas seguidoras porque son tan inteligentes que manipulan la información a gusto y placer de cada supuesto "lider/esa".
Es aquí en donde se debe iniciar una transformación, en la psiquis de las personas de los seres humanos, dándoles la oportunidad a que puedan identificarse como lo que son; seres humanos creados a imagen y divinidad de Dios,que tenemos la responsabilidad de dar vida y cuidad la vida en su forma integral, porque poseemos en nuestro interior mucho más que hechos imaginados, somos una realidad natural que no se puede negar. La persona que niega su naturaleza, confunde mucho la realidad objetiva y vive su mundo, a eso llamamos Salud Mental Deteriorada.
Por esta y muchas razones he tratado todo el tiempo de prevenir la salud mental de las personas que me rodean, no solo de mi familia, sino de cada uno de los pacientes y familias que se han acercado a mí.
Soy Psicóloga de profesión y título Universitario, pero soy más que eso, soy una mujer, que vivo cada día, encontrando la felicidad en cada momento compartido en familia y sobre todo estar en paz conmigo misma y con DIOS, que busco alcanzar mis metas personales, siempre en companía de quien está a mi lado día y noche, buscando el beneficio para nuestros hijos; pensando en como mantener la armonía dentro de mi ser, así como trato en lo posible de ver los problemas que se presentan, como lo que son...pasajeros, a los cuales hay que encontrarles un camino de solución, con una buena actitud. Me siento cada vez más realizada, el estar cerca de Dios, el estar estable emocionalmente, me permite sentirme bien con mi pareja de vida y con mis hijos, pese a que uno de ellos no se encuentre cerca de mí físicamente, estamos muy juntos emocionalmente, ya que está en búsqueda de su futuro.
Para mí esta parte de mi vida es la primordial, la que me ha tocado ir moldeando a lo largo de estos 41 años, con esto no quiero decir que, ya está todo listo, ... ¡no!, hay que seguir construyendo esta estructura psíquica cada día, en cada momento, con cada situación y experiencia vivida para mantenerse en equilibrio.
Es importante que cada ser humano realice este ejercicio introspectivo para poder conocerse a sí mismo y que pueda lograr comprender a los demás, sin críticas, exigencias o juzgamientos, que tanto daño hacen.
Focalicemos todos los días un encuentro consigo mismo y veamos que actitudes y conductas debemos modificar y cuales debemos mantener para sentirnos bien con nosotros mismos y con las personas que están junto a nosotros.
11/02/2019
Ayer fue un día de muchas emociones juntas, al despertar pude ver el rostro de mi esposo junto a mí y lo admiré dormido durante mucho tiempo y recordé que siempre me gustó como dormía y descansaba; al levantarme y hacer despertar a nuestras hijas con un beso en la frente y en la mejilla, sentí paz y una inmensa alegría ya que me permitió verles nuevamente a mis hijas y a mi esposo; solo tengo la pena de no poder hacer lo mismo con mi hijo amado.
Fuimos a misa juntos y pude orar y pedir a Dios que me dote de mucho amor, fe y esperanza para que todo lo que haga se pueda concluir con felicidad y bendiciones; el evangelio fue muy claro, es importante que actuemos en la fe de Dios, ya que por más pecadores que seamos debemos darnos cuenta de que nuestras acciones son las que forjan el camino de la salvación o llamado también camino al Reino de Dios. El estar junto a mi esposo e hijos me llena de vida y ternura, al saber que se ha formado y se sigue formando en el amor a Dios y el servicio al prójimo.
Cómo formar a los hijos en la fe a Dios? ¿Cómo lograr que los hijos amen a Dios y sean serviciales al prójimo? ...son preguntas que siempre me las hice y hasta ahora no se completamente la respuesta, pero lo que tengo claro es que el amor que yo les demuestro a mi esposo e hijos es un amor infinito, y al sentir esa fuerza del amor puedo darme cuenta que Dios está con nosotros y me llena de alegría y paz, eso es demostrable en la convivencia diaria con mi familia, también les hemos acompañado en su caminar de la preparación a los sacramentos, en el recorrido de las páginas del Libro Sagrado y en el acompañamiento ante el altar a la Eucaristía, siempre hemos orado y rezado junto a mis bebés desde que eran tiernitos hasta cuando cada uno de ellos han adquirido su autonomía. hay errores que también hemos cometido y que es importante corregirlos a tiempo.
Por todo lo anteriormente dicho, estoy segura de que el amor a Dios, a uno mismo y al prójimo, se debe forjar desde muy chicos, en los infantes, es importante que los padres logren dar a conocer a Dios a sus hijos en base a sus acciones.
Los padres son el primer referente del amor de Dios de forma concreta ante los hijos/as, con su ejemplo de vida.
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